miércoles, 20 de diciembre de 2006

FOTOS DE LA PARRANDA VALLENATA

Aquí están algunas de las fotografías tomadas en la -Parranda Vallenata- celebrada el pasado 2 de diciembre en "Al Son del Vallenato" con el fín de recibir a Bebiembre...

Y el par de enamorados que no falta...
(Ésa es la hermanita de los dueños) Ututuiii...
Tomás y toda la familia...

Ray Oro y su conjunto Vallenato...Ay Hombe!!...

William cantando: "El hombre que trabaja y BEBE, déjelo gozar la vida"...

El grupo de amigos...

Y qué importa que ese día haya perdido el Verde. Estamos en Diciembre hijuemadre!!...

Jonathan, (el de blanco), pasó de tocar la Caja a cantar Vallenatos...Vea pues!!

El Bar visto desde arriba y en perspectiva...

Y los dueños... John y Mauro!!


NUESTRA PROPIA IDENTIDAD...


Aquí esta nuestro correo electrónico para que redacten sus inquietudes o sugerencias. También para que soliciten y hagan sus propias reservaciones para las "Parrandas Vallenatas" y hagan toda clase de comentarios acerca de nuestro BAR, de la atención, el lugar, los dueños y el servicio en general.


SÍMBOLO CULTURAL DE LA NACIÓN

EL VUELTIAO DE SOMBRERO RÚSTICO A SÍMBOLO NACIONAL


A diferencia de lo que ocurría hace unos años, cuando era sólo una prenda campesina de las sabanas de Córdova y Sucre, el “Sombrero Vueltiao” constituye hoy un objeto emblemático de los colombianos.


Este tipo de sombrero, está elaborado de una fibra natural, conocida como caña flecha que crece en las riberas de los ríos y ciénagas de la costa atlántica colombiana y a la que se le dan vueltas para trenzarla. Ha sido diseñado hace más de trescientos años e inicialmente era solamente de color blanco, ya que los artesanos no conocían la técnica de la pintura.


Hace un par de años, el sombrero aterrizó en las Pasarelas de Milán (Italia), estilizado mediante un trabajo conjunto de artesanos y diseñadores y el cual, fue aplaudido por las Vedettes de la moda.



Cinco meses después de ser visto en Milán, la televisión le mostró al mundo cómo la famosa artesanía estuvo presente en la mesa de diálogo del Gobierno con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Aquel día, una cuadrilla de hombres mutilados por la guerrilla, repartió 1.500 sombreros entre los asistentes. Desde entonces, las AUC adoptaron la imagen del “Vueltiao” como un sello con el cual, identifican los comunicados.


Para seguir con la popularidad de este símbolo, debemos decir que los mejores deportistas colombianos lo exhibieron en Grecia, como parte de la indumentaria de gala en la inauguración de los Juegos Olímpicos. De igual manera, es importante resaltar al pionero de la internacionalización de esta prenda: el ex campeón mundial de boxeo, Miguel, “El Happy Lora”.


Años después, se lo pondrían el Presidente Bill Clinton, el Papa Juan Pablo II y Jorge Villamizar, el vocalista del grupo Bacilos, quien recibió un premio Grammy Latino de “Vueltiao y corbata.


Hoy es una de las artesanías típicas de la Costa Atlántica y elemento popular de Colombia, así lo reconoció el Congreso y el Presidente Álvaro Uribe, uno de los personajes públicos que más lo usa y quien declaró al “Sombrero Vueltiao” como Símbolo Cultural de la Nación, o por lo menos así quedó establecido en la Ley 908 del pasado 8 de septiembre de 2003, en la cual, se hace un reconocimiento a la cultura del pueblo Zenú, asentada en los departamentos de Córdoba y Sucre.

Catalina Zapata


BREVE HISTORIA DEL VALLENATO



La palabra “Vallenato” proviene de la descomposición de la frase “nato del Valle”, respuesta que daban los habitantes de aquella región cuando se les preguntaba de dónde eran.

Cuentan nuestros abuelos, que en el siglo XIX, la música que actualmente se conoce como la “Música Vallenata”, aún no tenía nombre específico. En aquel tiempo las composiciones eran interpretadas con guitarras, maracas y un cantante; hasta que un día, por uno de los puertos marítimos de nuestro país se introdujo un instrumento desconocido para la época, procedente de tierras Alemanas y llamado, el acordeón.

Este instrumento musical fue rechazado por las clases sociales de aquel entonces y desprestigiado en las reuniones y festejos de aquellos hombres y mujeres pudientes, que vivían en las grandes ciudades de la costa atlántica colombiana. Sin embargo, el destino quiso que el acordeón continuara entrando en el corazón de los costeños y decidió encontrar su lugar en las clases más populares y desde allí fue que comenzó a sonar en las parrandas que organizaban los menos favorecidos de la sociedad, donde la alegría primaba ante el dinero y el lujo, ya que hacían fiestas en la cocina, en los galpones de trabajo, en la calle, y todo con una caja, una guacharaca y por supuesto, una acordeón. Estas parrandas terminaron por transformarse en la ocasión perfecta para cantar y escuchar vallenatos.

Por esto, el Vallenato nació en la Costa Norte de Colombia y en un principio fue interpretado por campesinos de la región, que aún sin tener una preparación académica, aprendieron a tocar el instrumento e interpretar las notas que desconocían del pentagrama musical. Todo éste aprendizaje lo consiguieron a “oído”, escuchando una y otra vez las canciones, practicando a diario e intentando componer melodías nuevas en los diferentes aires musicales del Vallenato: Paseo, Merengue, Puya y Son.
Así como algún día lo hizo Rafael Escalona quien afirmaba: “Muchas veces la historia del canto es mejor que el canto mismo” y de ésta teoría surgía sus esplendorosas letras, como esta:

“Este pedazo de acordeón donde tengo el alma mía,
También tengo mi corazón y parte de mi alegría.

Por si acaso yo me muero les voy a pedí un favor,

Me lleven al cementerio este pedazo de acordeón”...

Hoy por hoy, se desconoce la manera como el Vallenato representa a todo el Pueblo Colombiano, aquí y en el exterior y muchas de las personas que habitamos este bello país pensamos que no tenemos ningún vínculo cultural con esta música. Todos somos extremadamente patrióticos pero olvidamos que el Vallenato es una de ésas tantas cosas que identifica nuestro país, al igual que el sonido de una acordeón o la pinta costeña acompañada del sombrero Vueltia’o. Sin embargo, no toda la música interpretada por acordeón es “Vallenata”.

Actualmente, las nuevas generaciones de acordeoneros, han adoptado un nuevo estilo, olvidándose así de sus raíces y todo, por la gran popularidad y comercialización a la que ha sido sometida la música Vallenata. Hoy no se tiene en cuenta el estilo autóctono de la región, sino que todo ha cambiado por el que más produzca dinero y el que logre cambiar la tradición por la comercialización.

Catalina Zapata